Así la historia de nuestro acompañamiento al primer parto pélvico...
Eli & Julian llegaron a Casa Aramara buscando un parto vaginal.
Al inicio había dudas, sobre si era o no la mejor decisión parir en casa. Cambiaron su decisión de ir a un hospital por la casa de partos y después decidieron parir en su domicilio. Que gozo saber que la información que les dimos y la confianza que ellos adquirieron los llevará a estar convencidos de su deseo y completamente confiados con el seguimiento que dábamos.
Decidieron que el sexo de su bebé fuera sorpresa y todas nos llenabamos de emoción mientras avanzaban las semanas.
Previo al parto, hubo días de nervios y preocupación pues bebé estaba sentado, Eli hizo todos los ejercicios y sugerencias que le dimos para ayudar a girar a su bebé, pero el tenía otro plan. Pensamos en una rotación externa, pero no era viable dado que tenía circular de cordón que le impedía un libre movimiento.
Mientras avanzaba la gestación, también se acercaba la fecha para nuestra capacitación, como equipo, de atención al parto pelvico... y en ellos iba creciendo la seguridad de intentarlo.
Recuerdo la seriedad con la que nos habló Julian en la última consulta:
-Nosotros estamos seguros de querer intentar un parto pelvico en casa, pero nos gustaría sabes que tan seguras están ustedes. Sabemos que no tienen experiencia, sin embargo, confiamos en sus capacidades y si ustedes están seguras, nosotros también.
Era inevitable la emoción que nos generaba el acompañamiento; cómo equipo pensábamos en estrategias a seguir e integrabamos la información que recién habíamos recibido... estábamos nerviosas, pero listas.
El día del parto llegó y creímos que avanzaría con calma. Comenzó con contracciones cortas a las 3 am de apoco se iba acortando el tiempo entre una y otra...
pum! Ruptura de membrana.
Se cancela la sesión de estudio y simulacro de parto pélvico. Subimos cómo rayo la maleta de partos y nos montamos en la camioneta de Diana... tráfico de las 9 am sobre av. Vallarta. (Que ganas de tener una sirena y nos abran paso)
Llamada de Julian, ya puedo ver los piecitos, aun estamos a 15 min, pero María está a 4 min.
Nos dieron paso en la caseta y avanzamos mientras nos gritaban las instrucciones para llegar a la casa 89.Bajamos veloces y subimos al 3er piso de la casa que nos recibía con guirnaldas otoñales en la entrada.
Nala, la mascota chocaba mi mano emocionada y nos mostraba el camino.Eli estaba en 4 puntos, María tras ella y Julian sosteniendo sus manos, susurrando lo bien que lo hacía Eli.
Yo acomodaba las cosas para el parto y dos catalanas, Lorena y Maddi, me apoyaban; cuando reaccione, el cuerpo estaba afuera, hasta la cadera, suave bajo su cuerpo y con un poco de ayuda liberó sus manos... todas en silencio vimos salir su rostro y cruzar por completo el portal.
Bienvenido Kayden eres un niño encantador. Celebramos cuando por fin pasó a los brazos de Eli.
Había una sonrisa amplia y llena de poder en Eli y Julian. Todas sentíamos las hormonas del parto en el aire... la placenta salio suavesito, sin complicaciones.
Kayden intentaba tomar teta mientras su mamá trataba de aterrizar del viaje y quienes observabamos, nos derretimos de ternura al verlos cruzar miradas.
Que honor estar ahí, ver a Julian hacer piel con piel mientras Eli descansaba.
Que fortuna tener un equipo en el que me siento segura para actuar y sin decirnos una palabra saber que debemos hacer.Que gratitud tan grande siento de haber visto a Kayden llegar a este plano.
Que fortuna ver a Eli poderosa, segura, llena de amor.
Gracias universo por el aprendizaje.
Gracias al tejido universal por acomodar cada una de las piezas.
Gracias, gracias, gracias